Mañana 18 de Octubre del 2013, Cumplimos un mes…
Y ya hemos sesionado muchas veces…
En mi teléfono cuando entran esos mensajes como: “La quiero lista a las 8pm de zar en mi casa” o “este lista pasare por su casa sobre las 5pm” no tengo que explicar mucho mas como me pongo ¿no?, ya me conocéis…
La primera vez fue en su casa, un viernes, el día 20 de septiembre; me pidió verme allí a las 6pm. Recuerdo la cara de mi amiga de visita en mi casa cuando me vio vestida y lista para ir al encuentro de mi Señor, su cara era un poema. Le veía en su cara infinidad de preguntas y solo se me ocurrió decirle, tranquila voy a estar bien te enviare un mensaje confirmándote que estoy bien.
Recibí una orden especifica, ir vestida como zar (a mi Señor
le ha dado por no quererme llamar zarpetica) y llevar todos mis juguetes. Cogí
todo lo que tengo lo lave previamente antes de guardarlo en mi maletín negro de
mano. Me bañe y acicale poniendo cuidado en todos esos detalles que me gustan
en mi cuerpo, antes de cada sesión y esta vez puse aun mas cuidados si se
puede… quería impresionar. Ligeramente maquillada y bien perfumada; me puse mis
medias al muslo negras, una falda corta muy corta; negra con un volante que
dejaba ver mis medias al muslo y mostraba algo de mis nalgas, mi corset
preferido; negro de vinilo y mis zapatos de charol negro altos. Busque el
collar, ¡Su collar! y sentí escalofríos cuando me lo puse. Y para finalizar, me
vestí mi chaquetón negro largo que me llega a media pierna tapando toda mi
indumentaria logrando así poder salir de casa de manera muy discreta. No, no me
puse nada de ropa interior y eso ya me tenía totalmente excitada.
Pues bien, una vez habiéndome despedido de mi amiga y tras
la promesa de escribirle asegurándole que estaría bien, me puse en marcha a la
casa de mi Señor.
Es una zona residencial que me gusta, y la verdad es que me
pongo muy nerviosa nada más llegar; pues aun el día es muy claro, mucha luz
como para ir forrada de abrigo largo. Parezco la mujer cuervo. Ya me han
avisado que la puerta de la entrada estará abierta para mí. Me estaciono cerca,
me bajo y me dirijo directamente a la puerta sin mirar a ningún lado que no sea
el suelo que piso, nerviosa.
Entro y tras de mi cierro la puerta y ahí está El… enfundado
en un vaquero y una camisa blanca que lleva las mangas largas remangadas a
medio brazo, sexy; se ve sexy. Recién duchado y huele a Dioses… tiene una copa
de vino tinto, esperaba por mi…
Suelto el bolso que traigo con los juguetes y pongo mis
manos atrás, estoy muyyyyyyyyy nerviosa, bajo la cabeza y miro al suelo,
incluso por momentos cierro los ojos; lo prefiero para dejarme llevar…
Se acerca, me besa, me huele y comienza a abrirme los
botones de la chaqueta que ocultan a una zarpetica excitada a mil por hora. Y
Él lo siente, lo sabe, sonríe y habla sé que me habla pero yo apenas le oigo,
sé que me pregunta cosas a todo digo si, si mi Señor, sí; si, ¡sí!
Ya sin chaqueta, me siento desnuda bajo su penetrante
mirada, le veo en la cara que le gusta lo que ve, si que le gusta. Se toma su
tiempo para mirarme y sigue disfrutando de su vino mientras no deja de clavar
su mirada en mi. Me impone, estoy atacada de los nervios, tengo la risa floja y
tontorrona, le pregunto si le gusta.
-
Sí, mucho. Muchísimo.
Sonrío, me gusta aun mucho mas a mi gustarle. Lo que El debe
estar sintiendo ahora lo estoy sintiendo yo multiplicado por mil.
Me inspecciona, me mete mano y se da cuenta que no llevo
ropa interior y que estoy totalmente mojada y excitada.
Me tapa los ojos con un fular del, me lo ata sin dejarme
visión alguna y en el segundo siguiente el resto de mis sentidos se activan
instantáneamente dejándome aun más sensible con lo que escucho, huelo, pruebo y
siento. Le oigo moverse, huelo y percibo más aun su aroma, sus besos me saben más
intensos y el más mínimo roce me excita aun más si cabe… Jala de mi cabello,
una mano ha cogido un buen manojo de mis cabellos y me mueve mi cabeza a su
antojo; obligándome a levantar la cabeza para ser besada por El. Me obliga a
arrodillarme ante El y besarle su sexo sobre los vaqueros, su polla esta dura y
pronto no tendrá espacio suficiente en esos vaqueros. Y pareciera que se enfada
por ello obligándome a levantarme de sopetón y llevarme hacia la cocina. No
deja de jalarme por el cabello.
Me coloca las muñequeras y jala de la cadena que las une y
sin soltarme con la otra mano libre siento como tira de la mesa de la cocina,
hace mucho ruido, un estruendo, oigo como dos sillas caen al suelo son pesadas
y hacen demasiado ruido que me asusta de repente. Le oigo gruñir, y me dice que
coloque mi pecho sobre la mesa, me obliga a inclinarme, me hace estirar mis
brazos hacia lo largo de la mesa. De la cadena de las muñequeras siento como
pasa una cuerda que ata a las patas de la mesa impidiéndome bajar los brazos.
Estoy de pie en el borde de la mesa y llevo los brazos estirados a lo largo de
la mesa sobre mi cabeza y sin poder recogerlos. Ladeo la cabeza y respiro
intento respirar.
Se toma su tiempo con las cuerdas y entonces siento como
comienza a atar mis tobillos a las pata de la mesa, obligándome a abrir las
piernas de par en par. No es nada cómoda la posición pero por una extraña razón
me siento aliviada de estar atada y expuesta a su voluntad, comienzo a
disfrutarlo.
Me levanta la falda dejando mis nalgas expuestas y es cuando
me pregunta…
-
A ver señorita zar, ¿cuando usted me pidió
permiso ayer para salir con su amiga a donde iba a ir?
La pregunta me coge de sorpresa, por unos segundos no
ubicaba la pregunta en el contexto del momento. Hasta que mis bloqueadas
neuronas supieron a que se refería…
-
Ohhhhhh mi Señor, fuimos a escuchar cantar a una
chica…
-
Si, así es: y usted pidió permiso para un par de
horas. ¿Cierto?
Ya sabía yo perfectamente por donde iban las preguntas y la
mala intención de ellas, los nervios me hicieron reírme; se enfado.
-
No se ría, que yo no lo hago. Entonces ¿en qué
quedamos? ¿usted para que pidió permiso?
Me entro el pánico, ya que El
sabía perfectamente toda la información. Yo se lo había dicho esa misma mañana:
Recibí un mensaje de la Sra. Akasha una persona que considero más que amiga y
yo misma la invite a que se reuniera con mi amiga y conmigo donde estábamos. Y
al terminar el evento, la Sra. Akasha nos invito a mi amiga y a mí a tomarnos
algo en otro sitio y aceptamos de buena gana. Llegamos a casa, mi amiga y yo
sobre las tres de la mañana.
-
Pero yo le conté…
-
Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. ¿contésteme para
que pidió permiso usted?
-
Ohhhhhh! Tiene razón mi Señor, pero usted ya
dormía cuando llego la Sra. Akasha y no pude avisarle… no quise interrumpir su
sueño… (entre mas hablaba mas la cagaba y mas sentía que se molestaba)
-
Dígame señorita zar, ¿Quién le dio permiso para
irse con una domina a tomarse algo a otro sitio?
Trague saliva, respire hondo y
solté la verdadera respuesta posible que obviamente el ya sabia y hacía rato
quería escuchar…
-
Nadie mi Señor.
-
Quiero oírle contar los fustazos que se ha ganado.
Son quince.
La verdad es que ya no recuerdo
ni cuantos fueron, si diez, si quince o si veinte… hoy por hoy he pagado ya
muchos fustazos, normal en mi y en mis meteduras de pata…
Pero ciertamente me los dio y
bien merecidos estaban, y pensar que me los hubiera ahorrado de buena gana con
un solo mensaje a Su teléfono…
Alternaba los fustazos, con
caricias en mis nalgas y con meterme dedos en mi coño completamente mojado, a
punto de correrme muchas veces y pedí por poder hacerlo y me lo negó todas las
veces, lo suplique y me lo negaba, seguía dándome fustazos y tocándome,
provocándome; si así me va a castigar siempre, me da que no dejare de portarme
mal… exquisito… disfrutados hasta el último… y si, aunque cueste creerlo,
deseando mas…
En cuanto terminó de darme el
último, me penetro con sus dedos aun mas fuerte volviéndome loca de placer al
decirme que ahora si podía correrme, y me corrí en el segundo siguiente de
habérmelo dicho…
Me deja allí atada aun
respirando acelerada cuando le escucho hurgando en una bolsa, imagino que es la
de los juguetes y me lleva a la boca mi vibrador, lo reconozco al lamerlo; me
dice que lo moje, que lo empape bien y lo saca de mi boca para llevarlo a mi
coño. Me folla con el poniéndome a cien, logrando que me corra por segunda vez,
me lo permite; me deja de nuevo correrme. Estallo de placer pero mi Señor no
piensa dejarme tranquila, sigue jugando con mi sexo y esta vez con la misma
humedad de mi sexo comienza a mojar mi culo. Aprieto mis ojos y tenso mi
mandíbula nerviosa, ¿qué voy a decir? ¿Qué no me gusta que me follen por el
culo? Sufro sintiéndole jugar con mi culo. Pero va alternando sus caricias de
nuevo, con las intenciones de dilatarme el ano, me siento totalmente vulnerable
bajo sus manos y eso hace que mi cuerpo se mantenga excitado, hasta el punto de
volver a desearle. Se toma su tiempo jugando conmigo, con mi coño y mi culo.
Introduce en mi culo otro dildo diferente, uno que puede introducir llenando mi
coño y mi culo al mismo tiempo, me jala del cabello cuando me escucha gemir, me
obliga a girar la cara y a besarle, esta excitado al verme disfrutar tanto y es
cierto, lo estoy disfrutando, mi cuerpo disfruta cada cosa que me hace…
-
¡Pero bueno! ¿Cuántas veces se va a correr usted
hoy señorita zar? Si aun no la he follado…
Diossssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss…
este hombre me parte en dos…
Me quito el fular de los ojos,
me beso y comenzó a quitarse la ropa. Mientras aun llevaba dentro de mi coño y
mi culo el dildo doble, sentí como lo retiro y acto seguido me penetro con su
polla el coño. Me follo allí atada en su mesa, las embestidas eran duras, con
mucha fuerza y ganas y al mismo tiempo jalaba de mi cabello obligando que mi
cabeza se girara para ofrecerle mi boca y besarme, me besaba… volví a sentir
esa ola de calor esta vez más profundo, salía de mi coño completamente lleno de
su dura polla.
-
Mi Señor por favor, pare que me corro…
-
Córrete zorra, vuelve a correrte.
Mi tercer orgasmo me hace
soltar un grito ahogado…
El me hablaba, gemía; yo
gritaba, gemía tanto o más que El. Rota, sin fuerzas ya…
Siento como saca su polla de mi
coño y la embiste en mi culo, no puedo creerlo, mi primera reacción es tensarme
y le escucho decir “ahora me toca a mi correrme zorra”. Palabras mágicas que
logran que mi cuerpo se ofrezca a Él. Su polla entro en mi culo, me relaje,
mordí el fular y me prepare para recibir
las embestidas. Comenzó a follarme el culo sin parar, cogiéndome las nalgas con
fuerza, pasándome la mano por la espalda, jalándome el cabello, volviéndome
realmente loca de placer, estaba ahí amarrada, abierta, expuesta a Él para ser
follada a su gusto y eso era lo que hacía. Volvió a excitarme de tal manera que
sentí que me volvería a correr, y se lo dije… le dije que me correría, casi no
podía ni hablar, no lograba articular palabra y El, no paraba de golpearme
hasta el fondo de mi ser y en cuanto escuche el “sí, tienes permiso; córrete”
grite, grite con todas mis fuerzas loca de excitación sintiendo como el orgasmo
me llenaba todo el cuerpo… y cuando le escuche a El correrse… cuando le escuche
gritar “sí, sí; que bueno, si me corro, sí; Dios, que bueno, me corro… me
corro…” y dejo caer su cuerpo sobre mi
besándome el cuello, sintiéndole su respiración acelerada tanto o más que la
mía…
¡Fue mágico!
Me dieron ganas de llorar, pero
esta vez lagrimas de felicidad…
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